El futuro de los adultos mayores

Definida sobre la base del equilibrio económico y social, en el inicio de la primera década del siglo XX, se establecieron las políticas para el ordenamiento de la comunidad en relación a las etapas etáreas referenciales de la vida, según la expectativa existente en ese momento.

Dicho ordenamiento, basado en la pirámide poblacional existente entonces, con una esperanza de vida de 60 años, permitió dar factibilidad al funcionamiento de dicha sociedad.

En relación a los adultos mayores en nuestro país, este ordenamiento se estructura pasando legalmente a la pasividad a aquellos mayores de 60 años (para las mujeres) y 65 años (para los hombres).

Esta conformación social se basaba en considerar como menoscabadas sus fuerzas vitales y, por lo tanto, el rendimiento de las personas mayores para la sociedad, no juzgando a las mismas útiles en función de su productividad.

Esta minusvalía se justificaba en base a tres factores fundamentales:

  1. La invalidez progresiva generada por el deterioro natural del organismo.
  2. La acentuación de la morbilidad en las enfermedades crónicas.
  3. Los problemas psicológicos y sociales (marginación) que aparecían vinculados con situaciones familiares y económicas, con la desaprobación de criterios de solidaridad social.

Dicho encuadre político del ordenamiento etáreo de la sociedad facilitó el equilibrio económico financiero del funcionamiento social, aún cuando el devenir de la evolución social no fué tomado en cuenta.

Es así que, sobre los factores que producían el envejecimiento, en ese momento no existía una explicación o justificación adecuada y mucho menos la forma de detenerlo.

Sí es posible señalar hoy que la morbilidad de los adultos mayores está relacionada con la calidad de vida de la sociedad en la que el ser humano se desenvuelve y envejece.

Llegado al siglo XXI, dicha estructuración de la sociedad parece no coincidir con la conformación de la actual estructura etárea, donde ya en los países desarrollados se establece para los recién nacidos una expectativa de vida de 120 años como consecuencia de la mejor calidad de vida existente, fundamentalmente generada por:

  1. Un menor deterioro natural del organismo y, el correlativo diferimiento de una posible invalidez.
  2. Una disminución de la morbilidad en las enfermedades crónicas.
  3. Criterios de solidaridad más arraigados nacionales.

Como se ve, las perspectivas actuales difieren sustancialmente de las planteadas en el paradigma de la primera década del siglo XX lo que conduce a la necesidad de establecer un nuevo paradigma para encarar la problemática de los adultos mayores en las sociedades que ellos integran; para ello, se deben eliminar, fundamentalmente, todas las políticas de marginación existentes en la actualidad.

Se entiende que para evitar las contingencias existentes deben reorientarse los conceptos asignables en la actualidad a los adultos mayores, priorizándose:

  1. La mantención máxima de la actividad psicofísica.
  2. Lograr la rehabilitación psicofísica lo más completa posible.
  3. Permitir una integración social y familiar lo más amplia posible.

Finalmente cabe señalar que hoy los adultos mayores constituyen un valioso recurso de vida para la economía en general, la sociedad y la familia. Sus aportes, a menudo hoy mal retribuidos, son de un valor importante para el desarrollo, debiendo recordarse que en la actualidad los adultos mayores (65 años o más) tienen igual porcentaje de participación en la “pirámide” poblacional que los menores de 15 años.

Con este marco referencial, OSMISS ha planteado a los efectos de posibilitar el cambio del paradigma para los adultos mayores y concretar la formulación del nuevo ordenamiento socio-económico, la definición de una política necesaria para implementar esta estrategia de reordenamiento económico social.

En este marco se propuso y se concretó la creación del FIPEM – Foro Interdisciplinario de Personas Mayores –, integrándose el mismo con la participación de las siguientes entidades:

  • Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina, U.B.A.
  • Consejo Consultivo de la Sociedad Civil, Cancillería Argentina.
  • Confederación General de Jubilados, Retirados, Pensionado y Adultos Mayores del País.
  • Gerontólogos Argentinos Asociación Civil.
  • Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría.
  • Círculo de Ministros, Secretarios y Subsecretarios del P.E.N.
  • Mutualidad del Círculo de Ministros, Secretarios y Subsecretarios del P.E.N.

Imagen del Ing. Néstor E. Fernández

Ing. Néstor E. Fernández
Presidente de OSMISS